El hierro es un nutriente clave durante el embarazo. Tus células sanguíneas lo necesitan para poder distribuir más oxígeno, e influye directamente en el desarrollo del cerebro del bebé.
Si tus defensas de hierro son bajas podrías padecer anemia, lo que te hará sentirte cansada, agotada y con falta de aliento.
Normalmente, en las primeras citas médicas prenatales, te harán siempre pruebas de anemia analizando los niveles de hemoglobina y el número de glóbulos rojos en la sangre.
Para ayudar a mantener un nivel adecuado de hierro en sangre debés incluir en tu dieta alimentos ricos en este nutriente, como las carnes rojas, pescado, huevos, frutas secas, cereales integrales y panes integrales, y verduras de hoja verde.
Para absorber debidamente el hierro es necesario que lo consumas con vitamina C. Los jugos de naranja en las comidas, junto con un alto consumo de fruta fresca después de cada comida te ayudarán a asimilar el hierro que estás tomando.
A la vez, trata de evitar tomar té o café tras una hora de haber comido, dado que ambos reducen la absorción de hierro.
Los nutricionistas dicen que los alimentos más ricos en hierro son:
•Carnes magras (asegúrate de que está bien hecha) y pescados grasos, como sardinas.
•Verduras oscuras como brócoli, berros, espinacas y coliflor.
•Frutos secos.
•Frejoles y legumbres como garbanzos y lentejas.
•Cereales integrales como pan integral, arroz integral y cereales enriquecidos en hierro para el desayuno.
•Huevos